La sinagoga del agua

Gabriel Espín de la O
El 31 de marzo de 1492, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, decretaron la expulsión de los judíos, que no se convirtieran a la fe católica, de todos los territorios de sus reinos. Muchas familias arrastraron su vergüenza por los solares de Sefarad hasta llegar a los puertos de embarque.
Esta es la historia de los prolegómenos de la expulsión de quienes un día formaron parte de la comunidad judía de Úbeda, cuando esta era una ciudad de frontera con el último reducto musulmán de Granada. Es una historia de pasiones encontradas (miedos y esperanzas), de enfrentamientos con trasfondo religioso, de usurpaciones e infamias, de rebeldías y de renuncias. Pero también es una historia que realza valores y principios como la amistad, la lealtad, la solidaridad y el amor a una tierra. Es una historia de lucha que muy bien pudiera trasladarse hoy a otras tierras y a otros pueblos que sufren persecución y escarnio por el mero hecho de ser y pensar distinto.