Aunque vivimos en una época donde es muy fácil obtener información, el tiempo es un recurso escaso para algunas personas y puede llegar a ser una preocupación para los escritores primerizos. ¡No desesperen! El agobio puede abrumarnos y paralizarnos de cara a escribir nuestra historia.

Recomendaciones para ser un escritor productivo

Para ser productivo y realizar buenos libros es necesario entusiasmo, ilusión y planificar nuestros objetivos y nuestro proyecto literario. Escribir, teniendo en cuenta el tiempo del que disponemos, la mayor cantidad de palabras. Palabras, metáforas, historias e ideas.

Crear un borrador es una pauta esencial que nos ayudará a investigar sobre la trama que vamos a contar, nos pondrá en situación y abarcaremos más enfoques y perspectivas para darle a nuestra historia un hilo conductor más complejo. Por otro lado, se mejora practicando por lo que ¡no te des por vencido si algo sale mal! A medida que sigamos trabajando en ello nuestro texto será cada vez mejor.

Establecer un horario de trabajo siempre nos vendrá bien para organizar nuestro tiempo. ¡Haz descansos! Te ayudará a desconectar y volver con más fuerza.

No podemos obsesionarnos con la perfección puesto que puede perjudicar nuestra obra. Los errores son inevitables y sirven siempre para mejorar. Por ello, dedica tiempo a equivocarte y busca la solución a los problemas encontrados. Nada es imposible. Y a medida que avancemos acortaremos los tiempos de elaboración de nuestro proyecto.

Con la proliferación de internet se han creado muchas aplicaciones que nos ofrecen información y tips sobre cómo elaborar una historia.

¡Hazte con ellas! Te serán de gran ayuda. Esto también tiene una gran desventaja, con internet han proliferado muchos autores noveles y hay que destacar para poder abrirte un hueco en este mundo.

Convierte tus debilidades y tus recursos en fortalezas y oportunidades. Pon a tu favor aquello que se te dé bien, las ventajas que puedes tener frente a otros y nunca te compares. Esto puede provocar en nosotros mismos un cambio negativo en nuestra forma de pensar.

No te dejes hundir por tus debilidades. Mira dentro de ti y conoce cuáles son tus fallos y defectos. No somos perfectos y todos tenemos algunos. Piensa que te falta e intenta suplirlo.

Ponte unas prioridades y ¡manos al teclado!