Decía el gran León Tolstói que «la primavera es el momento de los planes y los proyectos» y no le faltaba razón. Y es que la estación de las flores es esa época del año en que las alegrías del espíritu se renuevan cada noche, la brisa templada lisonjea tu rostro y el corazón palpita anhelando buenas noticias. De esta manera, y sin saber muy bien por qué, te sientes dichoso y dispuesto a compartir felicidad. ¿Y qué mejor modo de hacerlo que plasmando esa historia que ronda por tu cabeza desde hace años, dando luz a ese verso que te seduce el alma o perpetuando los recuerdos de toda una vida?

Con la llegada de la primavera, las novedades literarias comienzan a brotar como las amapolas, poblando los anaqueles de las librerías, desbordando los escaparates e invitándote a descubrirlas en las ferias del libro. Es tiempo de letras, de tertulias en las terrazas, de confidencias a media voz y suspiros de atardecida. Es el momento en que los sueños comienzan a cobrar vida, como aquel que tanto te ilusiona y aún no has logrado cumplir: publicar tu propio libro.

No dejes pasar la oportunidad. Si la primavera es de aliento fecundo, no existe mejor ocasión para abrir el cajón de los deseos y dejarlos volar alto, muy alto. Y es que como dijo una vez Gregorio Marañón: «Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir».