Define la RAE un personaje como ‘cada uno de los seres reales o imaginarios que figuran en una obra literaria, teatral o cinematográfica’. Pero, ¿cómo se conforman? ¿De dónde nacen?

Enfrentarse al momento de creación de los personajes que darán vida a tu obra no es sencillo, y son muchas las dudas que asaltan a los autores y autoras. Desafortunadamente no podemos decir que exista la fórmula exacta y perfecta para esta construcción de personajes literarios, pero sí podemos apuntar algunos detalles que harán de esta, una tarea más sencilla, y efectiva.

Lo primero que se ha de tener claro es que la construcción de personajes debe estar marcada por la coherencia.

En Punto Rojo Libros contamos con un equipo profesional en el campo literario que expone aquí tres claves en la construcción de personajes.

Personaje a imagen y semejanza del autor

Esta técnica es una de las más usadas puesto que resuelta, en apariencia, sencilla. Pero ha de tenerse cuidado porque esta aparente alta sencillez puede dificultar la tarea o excederse en la calma e incurrir en descuidos que pueden desmontar la obra.

Lo primero que ha tenerse en cuenta en esta técnica es que construir un personaje a imagen y semejanza es que dotar con características propias a uno o varios personajes no es regalarles nuestro punto de vista. Autor y narrador son entes distintos, y esto no puede olvidarse. Mezclar la voz del autor y el narrador conllevará una desorientación del lector, una falta de personalidad, y como consecuencia, falta de fortaleza en la trama.

Personajes con vida propia

Esta técnica es efectiva y atractiva en tanto que permite crear un sinfín de universos en los diferentes, es crear un nuevo mundo, no recrear el interno del autor. Esto permite una mayor profundidad en la caracterización del personaje sino en su totalidad, en alguna de sus facetas. Esto es muy común en novelas amplias, donde hay suficiente espacio como para ahondar en las emociones, pasado, sentimientos, motivaciones, etc. de los personajes.

Es decir, crear personajes con vida propia va a requerir dos elementos fundamentales: suficiente espacio y coherencia. Ahondar en el factor psicológico de los personajes exige que todas las partes conformen un todo.

Personajes a través de su entorno

La tercera y última técnica, pero no menos importante es el conocimiento de los personajes a través de su entorno, nombre, amistades, etc. Saber qué le rodea para saber qué es. Es decir, narrar su historia de manera indirecta a través de aquello que forma parte de su vida y de su personalidad.

Puede con esta técnica ponerse el foco en el pasado del personaje, en su familia, en su trabajo, etc. hasta en el origen de su nombre.

En resumen, estas son solo tres alternativas de las muchas que puedes encontrar en el mundo de la literatura. Te las presentamos a modo de ejemplo ilustrativo para orientarte en la creación de tus, tal vez, primeros personajes. Ahora es el momento de probar con qué técnica te sientes más cómodo o cómoda, o cuál de ellas se adapta mejor a tu obra. No son siempre excluyentes, pero te aconsejamos que utilices con cautela sus fusiones.

¡Mucha suerte en tu aventura!