La cubierta también supone un factor importante en el conjunto del libro. Elegir entre tapa blanda o tapa dura es una decisión que el autor debe valorar y sopesar antes de decantarse por una u otra.

De un simple vistazo, con la tapa dura ganamos en durabilidad, es ideal para libros de gran tamaño y dota de un cierto prestigio a la obra.

Si vamos a las ventajas de la tapa blanda, son libros de fácil manejo, evidentemente son más económicos porque su coste de producción es menor y guardan la posibilidad de incorporarle solapas.

Libros con tapa dura

Los libros de gran tamaño tienen una mayor probabilidad de doblarse y romper sus páginas. La tapa dura garantiza preservar las calidades del libro durante varios años y se emplean en ejemplares que tienen un gran uso. Y aunque seamos repetitivos, el prestigio que gana la obra con tapa dura es muy importante.

Libros con tapa blanda

Los libros con tapa blanda son muy cómodos para desplazamientos y viajes, ideales para las estancias vacacionales. Piensa si la lectura de tu libro puede realizarse en trayectos de autobús, tren o avión; es un libro para el verano, etc. Todas estas características pueden indicarte en la elección de tu cubierta.

Tapa dura o tapa blanda

La elección entre tapa dura o tapa blanda depende da todas las variables que el autor maneje con respecto a su obra. Desde el precio que supondría su realización hasta el gusto del lector por este tipo de libro. Con todo lo que te hemos explicado, valora el tipo de lectura que es tu obra y a partir de ahí será más fácil tu elección.

Tipología para tu obra

Piensa la de veces que has leído un libro y te ha costado llevar el ritmo de lectura porque la fuente no ayudaba. Seguro que no quieres que esto le ocurra a los lectores de tu ejemplar así que olvídate de aquella fuente tan bonita pero que al segundo párrafo te gota.

El tipo de letra debe ser invisible para los lectores por ello debes tener perfectamente identificado qué tipo de público realizará la compra de tu libro. Tu obra no debe tener más de tres tipos de letra, y en el caso de que sea así, elige siempre tipos de una misma familia. El texto debe tener una fuente, los capítulos otra y, en el caso de que las haya, los pies de las fotografías e imágenes tienen que tener una tercera fuente.

La media de libros tienen un tamaño de fuente de 10 u 11, pero hay que pensar en el tipo de letra que vas a elegir y analizar si puedes sumarle medio punto más. Por ejemplo, para niños de entre 5 y 10 años el tamaño suele ser de 12 a 14 puntos.