Transmitir olores y sonidos a través de las palabras es posible. Al igual que anteriormente hablábamos de la creación de imágenes a través de las palabras, ahora hablamos de los sentidos como el olfato o el oído, que también intervienen en el proceso de lectura. Y por tanto, como escritor, deberías conocer.
De manera inconsciente, a medida que se lee, las palabras, con sus respectivos sonidos, van haciendo mella en el público.
Hacer que el público sienta que percibe olores y sonidos hará que quede atrapado en tu obra. Esto lo puedes lograr, y para ello te aportamos algunos consejos: lee en voz alta tu texto, y busca aquellos sonidos que resultan chocantes para cambiarlos por otros más dulces y cómodos; busca dar a tus personajes nombres fáciles de recordar, con cierto juego; y atribuye a los sonidos y aromas características que no son propiamente suyas.
Es decir, busca que el público no solo huela los olores, y oiga los sonidos, sino que pueda verlos, tocarlos, saborearlos. Esto es conocido como sinestesia.