La obra del autor es el reflejo de su persona. Al igual que nos mostramos físicamente al mundo siguiendo nuestros gustos, debemos crear un estilo y seguir unos parámetros básicos que nos identifiquen como autor. Sin embargo, ¿qué ocurre si restamos importancia a los pequeños detalles que ayudan a definir nuestros textos?
Durante este proceso de redacción debemos tener en cuenta numerosos pormenores que nos ayudan a no dar una imagen errónea a nuestros lectores. La buena escritura de la que hablamos no solo debe dar al lector una impresión conforme a nuestra intención, sino debe ser una fuente de conocimiento que enriquezca y nutra a todos aquellos que naveguen entre las páginas de nuestro libro.
Una habilidad humana como la escritura debe ser entrenada para perfeccionarse. En ella, siempre desarrollaremos un estilo adecuado a nuestro gusto y manejaremos las reglas gramaticales y ortográficas de nuestra lengua. Con ello, conseguiremos expresarnos de una forma clara y correcta. ¿Qué sucede cuando nos saltamos estas reglas?
Nunca escribiremos sin errores por ciencia infusa, sino que deberemos mejorar nuestros textos escribiendo de manera constante y regular, teniendo siempre en cuenta la incorporación de nuevas reglas gramaticales. De este modo desarrollaremos ciertas estrategias que nos ayudarán a optimizar y mejorar nuestro lenguaje.
Por aquí te dejamos unas fórmulas infalibles que utilizarás para reducir tus faltas de ortografía:
- Ser adicto a la lectura es una de las cualidades básicas para ser un buen escritor. No solo adquirirás nuevos conocimientos acerca de las reglas de puntuación, estilo y gramática, sino que también mejorarás tus habilidades lingüísticas. Por tanto, es uno de los primeros pasos a tener en cuenta para convertirte en un gran escritor.
- Debes repasar y recordar constantemente las normas ortográficas básicas. El uso de las tildes, la B, la V, la G, la J y la H son fundamentales para obtener un escrito de calidad. A pesar de ser muchas más las reglas a tener en cuenta debido a la riqueza de nuestro idioma, es imposible memorizarlas todas de un día para otro. Tendremos que prestar más atención a las normas más antiguas e ir diariamente incorporando las novedades gramaticales que vayan surgiendo.
- La base para escribir un texto de calidad es estar acompañado en todo momento por un diccionario. Es común tanto en escritores noveles como expertos que surjan dudas sobre la escritura o el significado de algunas palabras. El diccionario es, por tanto, una herramienta perfecta para ayudarnos en esta tarea.
- Utiliza siempre el corrector en tu procesador de texto. En ocasiones estamos tan atentos a los personajes, la trama o el hilo conductor de la novela que no nos paramos a fijarnos en los errores ortográficos. Por ello, si activamos el corrector este será un vigilante perfecto para estos momentos de sumergirnos por completo en la historia.
- Debemos escribir nuestros textos a mano. Esto nos hace pensar en mayor medida en las palabras que empleamos y en los conectores de nuestro texto. Escribir a mano, por tanto, es un hábito que nos ayudará a profundizar en la caligrafía y no dejar de lado esta increíble cualidad de tener manuscritos de nuestro puño y letra.
Y tú, ¿te animas este verano a mejorar tus textos? Síguenos en www.puntorojolibros.com para más consejos y noticias.