Paseando por las calles de la ciudad imperial, se durmió mi pensamiento y soñó con un amor que se llama Toledo; al despertar quiso recorrer el sueño y se encontró con una realidad soñada, palpable en cuerpo e intangible en su sueño; y decidió contar en epístola lo onírico, porque así cualquier viajero puede pasear por la ciudad y revivir el sueño.
Una noche estival tomé un tren expreso y, mal durmiendo, fui a conocer la mar. La visité al alba y me enamoré de su inmensidad, de la tonalidad de sus miradas azules, de su carácter contradictorio, dulce y adusto, siempre insinuante.
Agotado y adormilado, soñé con la mar y versifiqué su voluptuoso oleaje. Así nace este texto de amores oníricos, que nunca visitaron a Hades y hoy viven en este libro, y en mi recuerdo.
ISBN/13: 9788419465559
Número de páginas: 102
Tamaño: 150X210
Precio: 15.00€
José María Arroyo Díaz nació en Los Navalmorales (Toledo) en el año 1952, donde realizó los estudios de Primaria, y sus primeros juegos, in illo témpore, en las plazas y calles terrizas del pueblo: a la pídola, a las canicas, a la peonza; a la gochapeza, y muchos más, que ya solo le quedan en lo soñado.
También tuvo sus primeros sueños, de miedo y otros audaces, que permanecen en el recuerdo. Realizó la prueba de ingreso para acceder al bachillerato elemental, en el Palacio del cardenal Lorenzana en Toledo, que fue la sede del instituto provincial de segunda enseñanza. Es licenciado en Veterinaria (1976) por la Universidad Complutense de Madrid.
Cuenta con varios artículos literarios divulgados en el diario El día de Toledo, como "Hermano lobo-Hermano hombre" (8-10-2007), "Amor soñado" (12-06-2009) o "Opúsculo", que se incorpora al texto "Oniros". Cuenta con un poemario publicado también por Punto Rojo Libros en 2021, titulado "Sombras".
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.