Juan Baca Gallardo nos sorprende con esta bellísima antología poética Mitad Lodo, Mitad Pantano, en donde expresa con una vigorosa riqueza de vocablos y con un vibrante ritmo musical toda la rabia de su experiencia personal y la injusticia que siente de los males que afectan a su patria a la que ama. También hay una serie de poemas llenos de ternura, de dulzura y de nostalgia como el que dedica a su madre. Aunque escribe desde su niñez, este poemario Mitad Lodo, mitad Pantano toma fuerza a consecuencia cuando enfermó 1995 y, allí en su cama empezó a componer muchos de los versos de este poemario como lo son El Canal, Labriego, Hombre solitario.
Juan baca con trece años de edad en su tierra natal
ya había escrito su primer poema Corazón de Madre,
el poema la Inocencia de una Niña.
En 1978 escribe el poema La Alondra, en 1992 al
2000 doliéndole la situación política que afrontaba
su país, escribe el poema Traición de Ayer y de Hoy,
viendo cómo la juventud se pierde embaucados en los
vicios más lesivos que destruyen sus vidas escribe los
poemas Astroso, El Miserable, Premonición, El Manto,
Infidelidad, El Adiós, La Peña, La Despedida.
En el año 2002 antes que emigre a España escribe
el poema Mitad Lodo, Mitad Pantano que da nombre
a su libro, así mismo radicado en España continua
escribiendo el poema Inmigrante, Nostalgia,
Ensueño.
El poema Israel lo escribe en Madrid, al igual que
el poema Hijo dedicado a sus tres hijos e inspirado
en la tristeza que le deparaba aquel entonces, la separación
con su hijo que la dejo en su país y que no lo
pudo traer a España.
En 2003 escribe el poema La Paloma, poema El
patriota, y el poema El Honor.
El Poema Atocha hace referencia al atentado terrorista
de la Estación de Atocha perpetrado el 11 de
marzo de 2004.
Finalmente en 2009 escribió el Poema Ven que incluye
en esta antología poética.
Ahora está tramitando la publicación de su novela
titulada Indulgencia para la Muerte que lo publicara en
2018, al mismo tiempo está escribiendo un segundo libro
de Poemas que llevará por título Horizontes Ajenos.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.