Un trayecto hacia el poso, muy hondo, de la familia que me toca. Aquellos son, los más allegados en parentesco y contacto.
Me alisté a la peña "El konfe" donde he aprendido a escuchar, comprender y reír, no puedo pedir más a mis colegas. Y lo que hasta hoy aprendí con ellos, seguro más que en la mili, si me hubiera tocado. Un pellizco de amor y sufrir, con mujeres amadas, o en mi deseo de amar, expuestas también, donde sus nombres han sido cambiados, por creer que así respeto mejor.
Familia, amigos y mujeres, junto a una mezcla de versos libres, escritos desde las entrañas.
Ciudad del Sol como Lorca, en una madrugada como mi madre, me vieron nacer allí en el 1.985. Mi palabra no vale si la borro, pero es auténtica si no olvido y recuerdo que soy fiel a mí ser. Y de lo conocido, escoger lo placentero, sacarle el jugo esforzándome, para superarme.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.