Este libro no pretende hacer literatura. En él se recogen unos relatos casi sin paisaje, con pocos, tres o cuatro a lo sumo, personajes que repiten nombre propio. Con un desenlace a menudo dramático, a menudo fantástico. De tal manera, que, sobre todo, se intenta crear en ellos un clima, con una enérgica resolución, que cierra, expedito, su final. Por los ejercicios estilísticos, vienen a ser cada uno de su padre y de su madre: o lo que es lo mismo, carezco de estilo propio; aquí se usa y se sirve al texto, a donde quiera que desemboque, de antemano, éste. Pese a su corta extensión, procuran introducir al lector en una atmósfera subyugante, a ratos claustrofóbicas, que pronto lo envuelve, lo atrapa, deseoso de desentrañar su conclusivo final. Y, a modo de excusa, cito a Margarite Yourcenar: Hasta los errores hacen al libro.
Nace en Huelva, el 6 de agosto de 1956. Acaba sus estudios medios en Sevilla, en el Instituto San Isidoro de Sevilla. Recorre las escuelas de Artes aplicadas y Oficios de Sevilla. A su término ingresa en la Facultad de Bellas Artes donde cursa estudios graduándose en las especialidades de Escultura y Pintura. Obtiene, por oposición, la plaza de Modelado como profesor de entrada en la asignatura de Volumen. En la actualidad está jubilado. Posee varios premios de pintura y ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas. Tiene, auto editado, un poemario: IMPOSTURA. En la actualidad pinta y escribe relatos.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.