De opositor a policía en las páginas de El Correo de Andalucía

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De opositor a policía en las páginas de El Correo de Andalucía

Información sobre la obra de nuestro autor Enrique Jiménez, De opositor a policía, en las páginas de El Correo de Andalucía:
Cuenta que cuando tomó la decisión de escribir este libro «las venticuatro horas del día solo se veían aliviadas al final de la jornada con las respectivas seis o siete horas de sueño con el fin de volver a cargar las pilas para el día siguiente». Por entonces su hijo pequeño llevaba solo catorce días de vida y el mayor aún no había cumplido tres años. Aún así Enrique Jiménez Carnerero (Sevilla, 1977) improvisó un despacho en el salón de casa «mientras los niños dormían un ligera siesta» o «cuando los acostaba de noche». Encendía el ordenador y ponía en orden «esas notas que llevaba guardadas en un trozo de papel» y que anotaba tras una conversación con compañeros de la comisaría, en charlas con alumnos o en los café con otros formadores. Fue así como moldeó el libro De opositor a policía (Editorial Punto Rojo), que invita a sumergirse de lleno en el mundo de la oposición a través de «los entresijos de cada prueba» en el acceso a la Escala Básica de la Policía Nacional, y, por extensión, a «comprender la montaña rusa de sentimientos y dilemas» de todo periodo selectivo.
Este año se han convocado un total de 2.900 plazas de agentes nacionales. La ratio es de una plaza por 14 opositores. Desde hace unos años con la crisis, muchos han encontrado en este sector el reciclaje laboral y la garantía de una estabilidad después de caer en el desempleo. No es el caso del autor de este libro, que primero entró en el Ejército «sin vocación ninguna» para poco después ponerse a «estudiar como un loco» y cursar Magisterio en el Centro de Estudios Universitarios (CEU) San Pablo. «Entré en el mundo de las oposiciones. Durante cuatro años estuve estudiando a tope». De ahí pasaría «por vinculación familiar» a opositar dentro del Cuerpo Nacional de Policía, al principio, «con una vocación justa y necesaria».
Esta aventura de prepararse para ser policía, incluidas las prácticas en Sevilla y su primer destino en Villa de Vallecas, en Madrid, y su cada vez más apego al mundo de las oposiciones, han derivado en 158 páginas y 16 capítulos que van desde la decisión de opositar, las pruebas y la rutina motivadora hasta los guantes blancos del día de la jura y el primer destino, en su mayoría lejos de casa y del entorno familiar. «Es una guía completa para el opositor, principalmente para el que aspira a ser agente policial pero que también se puede extender a otros campos como la educación o la administración pública», detalla Enrique Jiménez, que actualmente desempeña su trabajo en la comisaría de Coria del Río, en Sevilla.
En un lenguaje sencillo y directo, el autor echa mano de sus vivencias tanto personales como de su experiencia como preparador en estos últimos años para trazar en cada página el camino para «afrontar esa lucha que se crea contra uno mismo, entre lo que debes hacer y lo que te apetece hacer». Para ello se ofrecen claves y consejos de cómo «no rendirse ante el vivo temario», «vencer los miedos de la entrevista», «resolver los enigmas de cada psicotécnico» y, al final, «disfrutar del sabor final de la victoria». Un camino que «no es fácil» y que, como bien reconoce, a veces supone «un cambio de carácter y de humor», por lo que «es fundamental mantener la mente muy fría en todo este proceso selectivo».
En el caso de los aspirantes a Policía Nacional, Enrique Jiménez revela que «aquí todo el mundo parte de cero». Si bien «no hay un toque de edad» ni prevalencia de género, pues «el 25 son mujeres»; ni tampoco fecha de inicio ni de fin, «puede ir desde nueve meses a diez años»; sí apunta que es prioritario «tener una actitud» para finalmente «vestir el uniforme y prestar un servicio público a la sociedad».
En este caso, los opositores no sólo son destinatarios del libro sino que se han convertido en coautores. «Las fotografías, el logotipo, los modelos… todo lo han diseñado ellos. De hecho, hay un capítulo extra con aportaciones personales que pueden ayudar a otros que estén en su misma situación», concluye este agente, que dice que se emociona cuando recibe las felicitaciones de compañeros conocidos y anónimos. «No es que me haga rico. Es la autorrealización, un chute de energía, que eso no se compra con nada». ¿Habrá un segundo libro? ¿Quizás una novela?

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