Brevísima pero concienzuda historia de los últimos días de un paisano que gustaba pensar y paseaba por el bosque muy a menudo

Marceliano Cuesta Martínez
“Ahora se dice que la duda conduce al relativismo y este a la ausencia de valores. Yo, sin embargo, creo que la duda conduce a la verdad y que solo la alcanzan aquellos que renegaron de sus dogmas para buscarla, cristalina y simple, tal como seguramente será, y algunos, que dicen la han visto, nos cuentan que se ofrece”.

Harto de trabajar y arruinado, víctima del desamor y fracasado, un hombre se refugia en una casa retirada. Encuentra allí libros y notas que le alejan del mundo en que ha vivido y comienza a establecer un vínculo extraordinario, casi místico, con José Pérez, el difunto poseedor de aquellos libros y también autor de las glosas que los jalonan.

Poco a poco, de la mano de este lector ocasional, José Pérez parece volver a cobrar vida y su anónimo lector a experimentar un cambio profundo de personalidad que le lleva a plantearse el sentido de su existencia.