Símbolo y metáfora en física

Miguel Ángel Herrero García
SIPNOSIS
En 1623, Galileo resumió en Il Saggiatore su idea del método científico en los términos siguientes: “La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el Universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los caracteres en los que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra”.
Ese célebre texto sirvió de guía al científico italiano en su dilatada investigación experimental. A la vuelta de cuatro siglos, con los numerosos descubrimientos científicos y técnicos, es razonable plantearse la validez de esa concepción del método científico. ¿La actual cosmología física, la ciencia del átomo y de las partículas elementales siguen recorriendo la misma senda que abrió Galileo? A pesar de la revolución científica originada en los primeros años del siglo XX, con la aparición de las teorías relativistas y de los cuanta, ¿no habrá evolucionado el método de explorar la naturaleza?
A partir de datos históricos y de testimonios de sus protagonistas, en este libro se abordan esas y otras cuestiones relacionadas. Y en sintonía con la anterior enunciación galileana, se dan razones para afirmar que la actividad peculiar de la ciencia física de todas las épocas ha consistido en la construcción de un lenguaje simbólico apropiado. En la formulación creativa de símbolos capaces de describir los fenómenos naturales concurren, entre otros muchos, físicos tan relevantes como: Galileo, Newton, Faraday, Maxwell y Einstein.
Pero el lenguaje está inevitablemente adherido al pensamiento, por lo que, su construcción comporta otras sugestivas y polémicas cuestiones que se debaten en el campo de la ciencia cognitiva. Este tipo de problemas también han sido abordados en este libro, recurriendo a la noción de “conocimiento metafórico”.
Sin abandonar el contexto epistemológico, he seguido el proceso expositivo sugerido por el propio método científico, abordando el análisis de los temas a partir del terreno firme que proporcionan los ejemplos extraídos de la historia de la ciencia y los argumentos de sus protagonistas.