Muerte a la luz del freno

Nachete Meléndez Alonso – Laura Sánchez Doménech
Según el diccionario, monstruo es aquella criatura fantástica que provoca espanto. Esa ciudad, que planeaba pasar su vida en paz y armonía, sufría el peor de los monstruos: la mente humana. Un demente, o un grupo de ellos, planificaba con sumo detalle escenarios arbitrarios donde acabarían muriendo centenares de vecinos. Nunca se repetía el método. La policía no daba abasto, incapaz de predecir y adelantarse al siguiente evento mortal.
En una ciudad así, sólo un tipo de persona podría vivir tranquilo, periodistas y publicistas, deseosos de más altercados para sacar tajada.
En una urbe patas arriba, proliferaban mujeres como la inaccesible Victoria, quien ocultaba un oscuro secreto, relacionado con su pasado. Pero a los hombres sólo les interesaban sus curvas, no lo que escondía debajo. A menos que fuera lo que escondía debajo del vestido.

Tiene entre sus manos la segunda parte de la saga Por dos camiones y un tango, pero se trata de una novela cuya historia es independiente.
La ciudad más castigada por la locura, paridora de psicópatas, vuelve a perder el rumbo. Los sucesos ocurridos en Por dos camiones y un tango ya se borraron de la mente de sus ciudadanos. Si usted conoce esa historia, nos quitamos el sombrero. Si no, nos lo dejamos puesto. Pero no se preocupe, esta historia es, como hemos dicho ya, independiente, no necesitará conocer el pasado de la ciudad para entender lo que ocurre. Sólo dejarse atrapar por la narración. Pero por lo que más quiera, no se deje atrapar por nada más, no sería el primero en desaparecer.