El derecho y la fuerza. Miguel de Unamuno. Desvelando la unidad de sentido de su pensamiento

Eugenio Lujan Palma
¿No será toda la creación literaria y toda vida pública de D. Miguel fruto de una unidad de sentido real, en el que tiene su origen? ¿No recorrerá por todas sus obras y actitudes unas líneas de pensamiento y de acción fundamentales, radicales (de raíz), que las sostiene y estructura, dotándolas de sentido como a un todo?…

La Conferencia el Derecho y la Fuerza, cuya confección sitúo entre finales de 1886 y principios de 1887, es el texto de un veinteañero Unamuno. Pero representa uno de los escritos más importantes de su época de juventud. Tal como analizo en estas páginas, está plagada de pensamientos que después irá desarrollando y profundizando; presentando en forma embrionaria y de una manera directa y jovial, muchas de sus más transcendentales y representativas ideas. De ahí que desde su edición, análisis y comentario, reivindique categóricamente algo que durante décadas se ha obviado: la unidad de sentido que hilvana toda la obra de D. Miguel.

Una unidad de sentido que se desvela al ir rastreando esas ideas desmenuzadas en el estudio de la Conferencia El Derecho y la Fuerza en importantes textos y artículos de su producción posterior, como son los ensayos En torno al casticismo, Nicodemo el fariseo, La fe, Ideocracia, ¡Adentro!, la Vida de Don Quijote y Sancho, el Sentimiento trágico de la vida, la Agonía del cristianismo, hasta llegar a su última novela de San Manuel Bueno, mártir. Pero también, entendiendo que su arquitectura intelectual tiene forma helicoidal, donde los conceptos e ideas fundamentales están ya en sus primerísimas producciones; y de cómo estos se van proyectando y reinterpretando en función de las circunstancias históricas, sociales y culturales que le va tocando vivir.