Víctor de la Oliva
Víctor L. De la Oliva (Purullena —Granada— 1.949) llegó a Barcelona el día de su 19 cumpleaños. Gran aficionado a la aviación y al automóvil, intentó hacer carrera en el mundo de la aeronáutica, pero no dio el paso en el momento clave. Su éxito llegó en el mundo de la automoción. Sus inicios en el sector fueron vendiendo coches de puerta en puerta, para ascender poco a poco y terminar siendo propietario de un grupo de concesionarios, que vendía siete marcas, en once puntos de venta, facturando varias decenas de millones de euros al año, y dando trabajo a una plantilla que superaba los doscientos empleados. Sus ambiciones no se limitaron a su negocio. Fue presidente de la asociación de concesionarios de Ford, socio fundador de Faconauto (Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción), vicepresidente de ésta y presidente en funciones durante varios meses, fundador de la asociación de concesionarios de Jaguar, fundador del Club de Empresaris de Viladecans (Barcelona), y ostentó multitud de cargos y representaciones, que muestran su vocación de servicio. Siempre quiso compartir su éxito. Hoy día está jubilado, aunque presta su ayuda a todo aquel que pide su consejo de veterano para iniciarse, o mejorar su situación, en el sector, especialmente para que no caigan en los mismos errores en los que él cayó. Su ayuda está orienta a que nadie se deje amedrentar por los personajes malévolos que existen en el mundo de la distribución del automóvil.