Amigo de mapas y brújulas, por aquello de ser geógrafo, aunque en ocasiones lo puedan encontrar algo perdido; escribidor impenitente, e incluso impertinente, en la prensa diaria, el autor ha dedicado gran parte de su existencia, sin necesidad ninguna, a la investigación, la docencia, las fiestas populares y a intentar compartir la vida con buena gente, no siempre a partes iguales. Ejercer de fiel notario de las correrías del intrépido investigador Teo Álvarez, de lo que este libro da cuenta, ha supuesto un antes y un después para su hígado.