Luis Hernáez Iruzubieta
Se dice, creo que con buen criterio, que nuestras vidas transcurren en el mundo, condicionadas o, al menos, influidas, por diversos “factores”, a veces reiterativos y, a veces, innovadores, pero, desde luego, siempre con capacidad para impulsarnos a modificar nuestras actitudes y nuestras conductas. El factor clave, que siempre imantó la vida de Max, fue “Stella Armengol”. El mío es inamovible y se llama: Max. No puede concebirse que un casi ancianito como yo; españolito, eso sí, hasta los tuétanos, y con raíz riojana, se haya lanzado a escribir este libro, pensando en ti y en otros compatriotas, si no hubiese podido contar con el talismán: ”MAX”. De no haber sido por él, de poco o de nada me hubieran servido mis Licenciaturas en – Filología Románica y en Psicología, obtenidas ambas en la Universidad Complutense de Madrid. Mi afición, mejor dicho mi pasión por la literatura, leída y escrita, nació antes de conocer a nuestro protagonista. Fruto de ello fueron algunas novelas de corta imaginativa; Las colinas del mar, costumbrista; Los amigos de Martín; etapas de una vida ejemplar… etc. Cuentos como “Olivita”; “El reloj perezoso”; “Gato por liebre”, etc. Numerosos poemas de contenido libre y de estructura reglamentada… Lo que no puedo ni quiero hacer es ofrecerte mi valoración comparativa de mis escritos anteriores y de nuestra actual novela. Confío en tu criterio y objetividad personal.