Yo Luis alcalde Linares, nací a orillas del cantábrico y del puente colgante, de procedencia humilde, fui el tercero de cuatro hermanos. Por suerte yo fui el que sentí la inquietud de la lectura y del conocimiento y del saber. Los momentos que vivimos entonces fueron difíciles, como correspondía a la mayoría de la vieja Europa, después de varias guerras que habían asolado nuestro país. Me eduqué en una escuela pública hasta los doce años, en los que, a partir de entonces, empecé a estudiar el bachiller. Termine el bachiller y después ingrese en la escuela de comercio que se encontraba en la calle de Elcano considerando que empecé a compartir el estudio con el trabajo ya que comencé a trabajar en unos almacenes de Bilbao como recadista. Pero se puede decir que tuve tiempo hasta de echarme novia, novia que disfrute muchísimo, ya que era muy mujeriego, y me gustaba o me atraían las mujeres. Mi vida transcurría con absoluta normalidad, dentro de las dificultades de la época, y también las carencias, que te aportaba la vida. Después de muchas experiencias en todos los aspectos ingrese en la UNE que me aporto el conocimiento, y sentó las bases de lo que después seria, la transmisión del saber o del sentir. A los treinta años después de haber formado varias empresas, decidí irme a México, ya que había conocido una chica mexicana y me había animado a irme, y así fue. Después de varios tropiezos por el distrito federal, digo en el aspecto económico empecé a resucitar, digo que empecé a normalizar mi vida. Y es tanto lo que me gusto México, que decidí quedarme, por unos veinticinco años, tiempo que me dio tiempo a formar una familia, ya que tuve varios hijos de, los cuales se murieron dos. Vivimos en distintos lugares de la República, pero la verdad me sentí muy bien, ya que vi crecer a mis hijos Koldo y Kenny. Pero donde mejor me sentí fue en puerto Vallarta, donde el mar el aire y el sol hicieron posible lo que hoy es una realidad.