Empecé a encontrarme entre las hojas donde escribo, no sabía muy bien que hacia, ni a donde iría, y encontrarme fue lo más bonito. Escribo mirando al cielo, viendo a la gente pasar, escuchando a los gatos maullar, paseando por la calle mientras veo a la gente hablar, recién levantada de la cama, recién salida de la ducha. Ojalá entre estas hojas os encontréis en casa.