Inma Ferrer-Vidal, nació en Barcelona. De pequeña, ya escribía cuentos en el colegio y varias veces fue premiada por sus trabajos. Ya en la adolescencia empezó a trabajar, en una papelería. Su trabajo consistía en la Contabilidad del negocio, cosa que a ella no le gustó nada. Para ella, la literatura era su obsesión. Después de trabajar en aquella pequeña empresa, durante 5 años, contrajo matrimonio y su vida cambió radicalmente. Pasados los años enviudó y al sentirse sola, ya que sus hijos volaron del hogar, comenzó a escribir. Ella no tuvo nunca intención de ser una escritora conocida. Pero empezó a publicar y para ella empezó una nueva vida.