Hija de padres muy religiosos y la hija número 16 de 17 hermanos. Desde muy joven quiso servir al Señor, tanto así que a sus 16 años de edad decidió ingresar al convento de las Hermanas Hijas de la Altagracia. Al finalizar el primer año de noviciado le invadió un fuerte deseo materno que le llevó a pedir un año de experiencia con su familia y meditar la decisión. Con la frase en su cabeza de "Los discípulos de Jesús tuvieron sus hijos y familia propia, a la vez que sirvieron con entrega y fidelidad a su Dios", decidió seguir sirviendo al Señor pero en la vida normal. En el año 2012 escribió "El libro de las oraciones" como prueba de su fidelidad a Dios.