Déborah Herrador, una salmantina de 30 años que soñaba desde muy joven con ser madre y a pesar de que le costó mucho tiempo… lo consiguió, pero nunca imaginó todo lo que iba a suponer aquel embarazo, que desde el principio estuvo lleno de malas noticias.
A pesar de todo, lucha por concienciar al mundo de lo que supone tener un bebé prematuro, las dificultades y los miedos… “que nunca hay que tirar la toalla y luchar hasta el final, porque la recompensa puede ser muy grande”.