Tengo apenas 54 años y cientos de versos guardados en la sombra de algunos cajones. Una soñadora a la que le gustaría que la vida fuese en verso. Esos mismos que ya desde los tiempos de colegios, se convertían en las redacciones impuestas por los maestros. Hoy se quieren hacer visibles algunos de esos poemas. Os dejo la puerta abierta para que podáis ver el fruto de largos años de sentimiento.