Un cálido, por no decir abrasador 26 de agosto de 1993, tras 20 días de retraso, Álvaro Gayoso Aycart se independizaba del útero de su madre en la avenida de la Palmera, Sevilla.
Creció tramando y correteando por las calles del Aljarafe.
A la espera de algún día reproducirse, sigue creciendo, como los lóbulos de las orejas, aunque ahora solo como persona.