En la escritura de un libro es importante buscar no solo las palabras adecuadas sino las frases correctas.
Ante esta búsqueda de frases correctas, la respuesta no es el uso de frases cortas, tampoco de frases largas. La respuesta es el equilibrio entre ambas.
Un exceso de frases cortas de manera continuada provoca la monotonía, aburrimiento, y estancamiento del texto. Se presentan los hechos que pueden ser interesantes de manera aburrida y casi infantil.
En lado opuesto encontramos que si se abusa de las oraciones largas el texto resulta pesado y difícil de entender, porque la atención decae.
La batalla: frases cortas contra frases largas
Las frases cortas agilizan el texto, lo facilitan. Las frases largas aportan sobriedad, profesionalidad. Pero las cortas lucen infantiles, y las largas complicadas. Entonces, ¿cuál es elijo?
Antes de decantarte por el uso de unas u otras, te aconsejamos que te preguntes:
- ¿Cuál es mi intención?
- ¿Qué efecto quiero causar en el lector?
- ¿Qué estoy escribiendo?
- ¿Cuál es el manejo mejor?
Ambas opciones presentan elementos positivos y negativos, por lo que tiene que elegir en función de lo que usted quiere lograr, así como qué se hace hacer mejor. Recuerda que las oraciones largas pueden aportar una melodía cercana a la poética, las cortas acciones y la contundencia.
Cómo conjugar las frases
Conjugar las frases de diferentes longitudes depender del contenido, según las ideas a presentar. Intenta adecuar los contenidos a la estructura textual. Esto significa que usted tiene un ritmo y una musicalidad que hacer que el lector avance en la lectura sin darse cuenta de ello, porque no le supone esfuerzo. Para lograr este equilibrio, es conveniente que las condiciones de oraciones sean innecesarias. ¿Cómo? Releyendo tu obra desde el punto de vista del público y colocando puntos y comas allí donde hay conectores o conjunciones.
El cambio de paradigma social ha repercutido en la manera de leer. Ahora se lee buscando la rapidez, la inmediatez. Ahorrar tiempo. Acabar pronto. Y el cambio en la manera de leer, por ende, hace mucho tiempo. El lenguaje no es una ciencia exacta, recuerda hacer varias pruebas hasta encontrar el modo en tu obra alcanza la excelencia .
En definitiva, estudia qué es tu manera de escribir, tu estilo, y trata de conjugar con el género sobre el que estás trabajando. Tu estilo debe ser acorde al género que trabajas y al público que te diriges. No descartes nada, no hay elementos totalmente buenos ni malos, el equilibrio es la clave de tu obra.