¿Estás pensando en escribir una obra de teatro?

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¿Estás pensando en escribir una obra de teatro?

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¿Estás pensando en escribir una obra de teatro y no sabes bien cómo hacerlo? ¿Crees que necesitas algunos conocimientos previos que te ayuden a ello? ¿Quieres saber más acerca de este género tan consolidado? Te invitamos a leer los conceptos básicos que hemos reunido para iniciarte en el mundo dramático. ¡Sigue leyendo para saber más!

Introducción a la escritura dramática

Escribir teatro es tan fascinante como dedicar a la narrativa, con la diferencia de que tu escrito dramático puede llevarse a una escena contando tu historia con diálogos interpretados por los actores y ensayos al escenario los sucesos que quieres contar. Etimológicamente, drama hace alusión a acto teatral, obra de teatro.

La historia se desarrolla mediante diálogos entre los personajes, a través de los cuales vamos descubriendo la trama y los conflictos que configuran la confabulación del escrito. Para desarrollar una obra de teatro necesitas saber qué deseas contar, cómo lo deseas relatar y quiénes participan en tu historia. Una vez lo tengas claro, es importante que estructures tu drama, es decir, que establezcas una presentación, un nudo y un desenlace.

La presentación es la introducción de los personajes y la introducción del conflicto. El nudo es donde se desarrolla la pugna y se contempla las oposiciones entre personajes. Y finalmente el desenlace es donde se concreta la resolución del problema.

Deseo como motor de la acción dramática

La base del teatro es el deseo, entendiendo deseo como la motricidad de los personajes. Es decir, la acción de toda obra dramática (podría extenderse a narrativa también) arranca con una aspiración, dicho de otra forma, con un objetivo del protagonista. Por ello, es fundamental tener presentes las siguientes dudas:

¿Qué quieren mis personajes? ¿Por qué lo quieren? ¿Qué están dispuestos a soportar para lograr sus metas? Hacerse preguntas sobre los personajes que estamos creando nos ayuda a ir conociendo sus anhelos y nos   permite entender el estado emocional profundo de cada uno de ellos.  Por eso, estas cuestiones son útiles para conseguir un desarrollo más realista de la acción dramática.

El obstáculo como generador de conflicto

Tras el deseo primero del protagonista es crucial que el personaje encuentre oposición a su ambición, para crear el conflicto. Por lo general, puede que otro personaje obstaculice su aspiración, convirtiéndose en el antagonista, que es quien impide la realización del deseo del protagonista.  Esta dificultad es la gran generadora de acciones, sirve como propulsora del cambio y evolución de los personajes. Esto se debe a que han encontrado impedimento para conseguir su objetivo inicial por lo que se ven forzados a modificar su voluntad.  Dicho conflicto conduce al nudo, donde surgen nuevos antojos y retos para los personajes. En el desenlace se resuelve (favorablemente o no) la pugna y se da un final a la historia.

Apoyarse en las acotaciones

Es importante recordar que en teatro no hay narraciones, todo sucede a través de diálogos. No obstante, puedes apoyarte en acotaciones para describir qué es lo que aparece en escena, sugerir cómo se mueven los personajes u orientar sobre la actitud de los mismos. Las acotaciones son explicaciones para el director y actores, por lo que el espectador no las escucha. Por ello, deberían sólo aparecer instrucciones que sean fundamentales para la actuación y dirección.

 

 

En definitiva, el mundo del teatro es cautivador y adentrarse en él es muy satisfactorio. Aquí te hemos aportado algunas de las herramientas principales para progresar en tu escritura dramática. Nos gustaría animarte a que te desafíes y pruebes a escribir tu propio drama. ¿A qué esperas? ¡Suerte con ello!

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