El uso de las comas a menudo es algo que pasa desapercibido. Se leen numerosos textos donde sobran o faltan comas sin que nadie se dé cuenta. Eso es un error, igual que lo sería una tilde mal puesta, o una ‘v’ donde corresponde una ‘b’.
Aprender a usar las comas es algo que conlleva tiempo y práctica, pero sobre todo: atención.
El uso de las comas se suele justificar con la idea de que aportan aire al texto, pequeñas pausas para respirar. Son las oraciones muy largas aquellas que presentan más dudas acerca de las comas.
Un error grave en el uso de las comas es colocar una coma entre sujeto y verbo. Un ejemplo de ello sería: María, no sabe leer. Aquí es fácil ver que no corresponde introducir una coma, pero, si la frase fuera más larga, existiría la duda: el chico que cantaba todos los lunes en el teatro a las tres de la tarde, me desveló su mayor secreto. Esa coma no solo se puede eliminar, sino que debe hacerse.
El uso de estas comas es totalmente innecesario y erróneo. La manera en que se podrían introducir esas comas, esas pausas, sería convirtiendo parte de la oración en un elemento explicativo. Para saber si se trata o no de una frase explicativa, y por ende, sus comas están bien colocadas, puedes suprimir aquello que está entre comas. Si la frase no pierde su sentido, el trabajo está bien hecho.
Otros elementos de puntuación
El punto y la coma es una especie de 'macrocoma', cuya función principal es la separación de las oraciones que están vinculadas entre sí, pero tan pronto como para incluir un punto. Además, también se pueden emplear en las enumeraciones muy largas.
En resumen, el uso de las comas, punto y coma, y ??punto, no es solo para dar aire al texto . Estos son elementos ortográficos (o gramaticales en algunos casos), y como tal, han sido utilizados de manera apropiada. Recuerda escribir un texto fluido, un texto que haga clic en el lector, y que te ayude a entenderlo.