El seudónimo de un escritor

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El seudónimo de un escritor

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Escribir un libro es una tarea importante y por la que al autor le gusta ser reconocido, pero no siempre es su nombre de pila el que aparece en la portada, ¿es esta la mejor opción? ¿Todos los autores deberían tener un seudónimo?

Es una duda que asalta a mucho autores, incluso a veces les frena en su tarea de creación, pues piensan que, sin esa pieza, su puzzle y carrera literaria están incompletos. Vemos pues aquí, qué hacer ante la elección del seudónimo.

Las características del seudónimo

En primer lugar, vamos a revisar qué se ha de tener en cuenta a la hora de seleccionar un seudónimo.

Cuatro elementos clave son los que no se pueden dejar pasar, porque entonces, no tendríamos un seudónimo sino un sello con el que poner fin a nuestra carrera como escritor o escritora. En Punto Rojo Libros hemos conocido a muchos autores, con y sin seudónimo. Incluso hemos llegado a conocer a autores que han trabajado ambas facetas, y podemos asegurar que actuando con cautela, las dos opciones son viables.

Antes de hacer combinaciones de nombres, de elegir significados, etc. Debemos tener en cuenta sus cuatro características:

1. Apariencia. El seudónimo, al igual que cualquier otro elemento (dentro y fuera de la literatura) tiene que saber llegar al público desde el primer momento. Por ello, ha de tener una buena carta de presentación, tiene que ‘entrar por los ojos’, y en este caso, también por los oídos. Es decir, su apariencia y pronunciación no solo tienen que ser llamativas sino que también han de ser sonoras y fáciles de recordar. Si tu seudónimo es demasiado complejo se acabará convirtiendo en ‘sí, ese que se llama… no sé, algo raro’. Y no, no quieres eso. Porque eso es quedarse en la sombra. O peor, que tu obra también lo haga, porque si has elegido mal tu nombre, es probable que el público crea que elegiste del mismo modo tu prosa.

2. Originalidad. Este es un punto clave, y que ha de ir en consonancia con los demás. Que tu seudónimo sea original es una manera de indicar al público tu autenticidad como persona y como escritor, y por ende, tu valía y la calidad de tu trabajo.

3. Identificación. Este sí es el epicentro del seudónimo. Este no solo tiene que ser original, estar bien escrito, ser fácil de recordar, etc. Tu seudónimo tiene que ser un espejo de ti mismo, de tu trabajo. Tienes que verte reflejado en él, ser transparente y capaz de llevar al público aquello que quieres transmitir. Un seudónimo no tiene que actuar como escudo protector, sino como bálsamo, un camino por el que llegar al público.

4. Disponibilidad. Actualmente puede resultar complejo encontrar un seudónimo libre, pero los hay. La mejor manera de ver si el seudónimo que has seleccionado está libre es que lo busques en diferentes buscadores, redes sociales, foros, etc. Si no lo encuentras, y cumples con los requisitos previos: ¡adelante!

Cómo elegir mi seudónimo

Enfrentarse a la elección en mar abierto de un seudónimo no es sencillo, lo sabemos. Por ello, hemos trabajado en la elaboración de un listado de maneras en las que hacerlo.

En primer lugar, te aconsejamos fehacientemente que lo último que hagas sea buscar qué seudónimos son ahora los más destacados, o los que triunfaron hace unos años. Esta lluvia de ideas ya utilizadas solo te formará un lío en la cabeza. Será como entrar en un laberinto en el que no vas a trabajar en la creación de ideas sino en la copia y reconversión de otras. Y no es eso lo que estamos buscando.

Por ello, he aquí cuatro maneras de formar tu seudónimo:

1. Busca en tus orígenes. Tu ciudad natal, tu pueblo, la casa de tu infancia, alguna anécdota. Algo que te une a ti mismo, a tu pasado más feliz, o a tu fuente de inspiración. Esto asegurará que te represente y sea un reflejo de tus inquietudes como escritor.

2. Tu árbol genealógico. Revisa no solo tus primeros apellidos, sino también los nombres de tus antepasados. Quizás haya alguno que te sorprenda o atraiga sobremanera. No tienes por qué usarlo de manera íntegra, lo puedes combinar con tu nombre o con cualquier otro nombre o elemento.

3. Un nombre con significado. Cada palabra, cada nombre, tiene una historia detrás. Investiga hasta dar con aquel término que representa tu historia, tu pasado y tus intenciones. Cada nombre tiene una personalidad propia, y seguro, habrá alguno que coincida con la tuya.

4. Generadores de nombres. Existen webs y aplicaciones en las que generar nombres de manera más o menos aleatoria. Esta es la manera más fría de generar tu seudónimo, teniendo en cuenta que será tu sello y ha de ser algo personal. Pero te puede servir como punto de partida.

Ahora que ya sabes qué ha de tener tu seudónimo y cómo construirlo, es la hora de comenzar a redactar un listado de opciones e ir descartando aquellas que se alejen más de tu esencia.

¡Muchas suerte, y esperamos leerte pronto!

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