Esta es la historia de Mario Acosta. Un joven con aspiraciones de escritor, frustrado pero optimista. Su vida pasa entre pequeños recuerdos de su trabajo precario y de su amor por los libros. Quien le conoció dice que era muy buena persona, amigo de sus amigos y siempre atento. Sus parejas o amantes no tienen queja de él, o al menos no como para recogerlas en esta sinopsis.Disfruta la vida de Mario Acosta, una vida sencilla, marcada por la amistad, el amor, los excesos, la fidelidad o la falta de ésta, la locura y la sordidez una vida corta. Pero, como él hubiera dicho: no te preocupes.
(Sevilla, 1988) Aunque aquello de ciencias o letras sea un estereotipo, hay que reseñar que es ingeniero en informática porque optó por las ciencias en sus estudios, aunque ha mostrado interés por las letras y las artes desde pequeño. No te preocupes. Recuerdos de aquella gris cafetería es su primera novela, en la que también ha participado como ilustrador para esta edición. Escritura, dibujo, pintura
actividades que actualmente compagina con su labor política, siendo concejal en el Ayuntamiento de Sevilla.
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Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.