Se tiene la idea de que la lírica es género para unos pocos afortunados. No se trata de entendimiento sino de la posibilidad de vibrar leyendo sobre realidades, fantasías o sueños que invitan a la reflexión. En el poemario que tienes entre manos descubrirás a un hombre para el que la vida puede ser estrofa. Meditada y engalanada de sonoras palabras nos regala una diferente manera de mirar el mundo que nos rodea, desde la naturaleza hasta los sentimientos humanos más profundos. Tu lectura dará vida a estos versos, que dormidos en el alma de su dueño, despertaron un día para que disfrutes con ellos.
Madrileño de nacimiento (1969). Mis primeras miradas vieron a mí
madre en el otoño de la Casa de campo, donde recién nacido nos llevaba
mi padre a escuchar el canto de los pájaros.
Desde aquel entonces soy un enamorado de la naturaleza y sacié mis
inquietudes por conocerla estudiando Ingeniería Técnica Forestal.
El resto de mi vida está marcada en los surcos de la palma de mi mano,
con la profundidad de los años y el trabajo asignado, llevándome por unos
caminos menos verdes a realizar profesiones diferentes.
Soy uno más entre vosotros y me identifico con el escritor anónimo que
únicamente pretende que lean su obra en la necesidad imperante de vaciar
sentimientos.
Con estos poemas os abro las puertas de mi casa.
¡Sed bienvenidos!
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.