El autor, consciente de que sólo estará aquí una temporada, quiere conocer este mundo todo lo posible, llevarse de él todo cuanto pueda. Su interés por su entorno, desde las piedras a los seres humanos pasando por todas sus facetas, le ha hecho terriblemente curioso, y en esta época de su vida en la que el tiempo es abundante para él, toma nota de todas estas maravillas que impresionan sus sentidos, su mente y sus emociones, intentando reflejar la belleza de la realidad en el arte de la escritura.
Agustín Félix Rubio Requena nació en Villahermosa (Ciudad Real), el 18 de mayo de 1948. Vivió su infancia relacionado con el mundo agrícola, muy diferente del que hoy conocemos. A los catorce años consiguió una beca y se marchó a Ciudad Real a estudiar bachiller y magisterio, profesión que nunca ejerció. Su carrera profesional se ha desarrollado en el área de las telecomunicaciones, en Telefónica, hasta su prejubilación a los 52 años. A partir de esta fecha, libre de la obligación de un trabajo, dedica el abundante tiempo del que dispone a la lectura y a la minuciosa observación de todo cuanto le rodea. Diez años más tarde, sintiendo en este tiempo el gusanillo de la escritura, inicia la publicación de sus reflexiones.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.