Inés Sánchez es una sencilla ama de casa, casada y con cinco hijos, que quiere ser escritora.
Un día Inés escucha en la radio la entrevista que le hacen a un autor al que ella admira. Alfonso Lara, este autor famoso por sus obras de teatro, y por sus muchas rarezas y manías, le desmiente al locutor que viva aislado y apartado de la gente y, para demostrar que no se esconde de los periodistas, da las señas de su casa para que vea que está accesible para todo el mundo. Inés anota esas señas y, sin decírselo ni a su marido ni a nadie, se marcha de su casa con la intención de ir a ver a su escritor favorito.
La novela corta La escapada, junto con otros dos relatos: Plaza de Santa Ana y Un pensamiento amarillo componen este libro. Son tres escapadas, dos ficticias y una real.
Gloria González Jareño nace en Alcázar de San Juan en 1945. Es la tercera de una familia de siete hermanos. Asiste a la escuela solamente el primer curso. A partir de entonces es su madre la que se encarga de darle clases, a la vez que a sus hermanos más pequeños.
Ya casada y con sus cinco hijos en el mundo, Gloria asiste a la Escuela de Adultos donde logra el Graduado Escolar. De ahí en adelante su afición por escribir se desarrolla y comienza a escribir diarios. En 1992 consigue su primer premio de poesía y eso la anima a seguir escribiendo y concursando. Gana varios certámenes en su pueblo natal y también en las Cartas de Dulcinea a Don Quijote. En Miguel Esteban (Toledo), La Solana, Argamasilla de Calatrava y Almodóvar del Campo gana primeros premios de poesía. En Puertollano y Campo de Criptana gana sendos premios de Cartas de amor y también en Ciudad Real capital obtiene un primer premio de poesía. Además de un cuaderno de poesía que imprime el Patronato de Cultura de Alcázar, Gloria publica por su cuenta en 2004 Cuentos, historias, sueños y mentiras, un libro de relatos. A partir de 2003 asiste a varios cursos en la Escuela de Escritores Alonso Quijano. Como socia del Ateneo de su pueblo le publican Déjame ser tu voz, en poesía, y más tarde Mi calle ya tiene nombre, un pequeño libro de recuerdos de la niñez que ella autoedita, lo mismo que un cuaderno de poesía titulado Bocetos a carboncillo.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.