El uso de puntos suspensivos ha sido pervertido de un tiempo a esta parte. Esto se puede deber, entre otras cosas, al cambio del uso del lenguaje que ha propiciado internet. Los puntos suspensivos y los emoticonos ocupan gran parte de los textos que circulan en la red cada día.
En las redes puede haber cierta licencia para emplear los puntos suspensivos donde no corresponden, pero en tu libro no. Los puntos suspensivos no son un simple relleno, son elementos ortográficos sujetos a normas.
Los dos requisitos principales para la inclusión de puntos suspensivos son: finalizar una enumeración que podría continuar, y para indicar que hay un diálogo incompleto.
Incluir puntos suspensivos para generar misterio, suspensión, o melancolía no es efectivo. Eso tan solo carga el texto de elementos vacíos que abruman al lector.
Recuerda que la intriga, la suspensión, la emoción, etc., no la aportan unos puntos suspensivos, sino la trama y la calidad de tu obra. Usar los puntos suspensivos debe quedar sujeto a sus normas ortográficas, y pensando siempre en optimizar la calidad de tu libro.