Roma Galée
Como individuo social, me considero “ciudadano del mundo”. Me gusta mucho más compartir mi entorno con personas, que con animales de compañía, así como me fascina mucho más mirar el mar que sumergirme en él. Me encanta ver como se elevan en el cielo los aviones y que se animen a disputar el espacio de las aves, pero soy incapaz de viajar tranquila en esos pájaros de acero. Creo que cada hombre tiene la oportunidad de redimirse, recrearse, autodefinirse y que su espíritu de amor estará allí, en su interior para impulsarlo. Lo que existe dentro de cada persona lo sabe solo ella y lo que se hace invisible es lo que ha elegido. Aunque es verdad que somos cada vez más malos porque hemos dejado de escuchar a nuestra conciencia. Por eso cuando escribo intento bucear en el interior de los personajes para que el lector entre en sintonía, reflejándose. Por cierto, es un hilo de comunicación invisible y depende de la persona.