De la ceca a la meca

Diego Fernando Sánchez de Plaza
Después de la Guerra Civil Española, las familias que aparecen en estos relatos, pasaron por infinidad de dificultades para salir adelante. Todos ellos, por la necesidad y con gran voluntad no exigían más que lo que pudieran obtener con el esfuerzo de sus propias manos. Era gente del pueblo, de mucha entereza y amor propio. Hacían trabajos que hoy no se entenderían. Habían aprendido que lo malo de aquella contienda no les llevaría a ningún sitio bueno. Eligieron el camino recto de la vida.
De esta generación nació otra con el mismo espíritu de superación y con grandes ilusiones. Siempre buscando un futuro de paz y trabajo para el bien general. No tenían más ambición que obtener a base de esfuerzos y sacrificio lo que creían que en un futuro les reportaría paz y felicidad.
La guerra trajo consigo una serie de injusticias, el robo, la rapiña, el abuso de las mujeres y un sin fin de enfermedades que tardó mucho tiempo en desaparecer, además de que gran parte de los que perdieron, mal llamados _x0093_rojos_x0094_, tuvieron que refugiarse en las Sierras para salvar sus vidas. Más tarde serian perseguidos hasta su desaparición. A estos huidos se les llamaban _x0093_maquis_x0094_ o bandoleros según el lugar donde se establecían.
El hambre trajo tras de sí, por la contienda habida, la prostitución que se extendió como un reguero de pólvora que había que ocultar para evitar más vergüenzas que las ya padecidas.
Algunos arrieros, aprovecharon la situación para mezclarse con los huidos en las sierras proporcionándoles alimentos, armas, municiones, animales y todo lo necesario para su subsistencia. El cobro lo obtenían de los atracos que frecuentemente efectuaban los huidos en los caminos más cercanos a las montañas en donde se ocultaban. Cada intérprete tiene su historia particular, en la que en algunos momentos se entremezclan, en ellas hay más alegrías que tristezas, hay compasión, amor y sacrificio.
Esta novela se desarrolla en las provincias de Córdoba, Málaga, la capital del Reino, además de las ciudades de Múnich, Londres y Vancouver en Canadá. El esfuerzo y el trabajo de esta generación dio como resultado paz y estabilidad durante muchos años.