Las comillas y la cursiva no son lo mismo, no se pueden usar indistintamente. Actualmente, está extendido en internet el uso indiferente de ambas, porque hay plataformas que no permiten la inclusión de cursiva. Pero tú, escribiendo tu libro, lo más seguro es que sí puedas incluir elementos en cursiva.
Antes de saber cuándo usar cada recurso, explicaremos cuáles tenemos: las comillas americanas (“”), las comillas latinas, también conocidas como angulares («»), y la cursiva (escribir así).
De manera general, son recursos usados para citar los pensamientos o palabras de alguien, y para indicar una palabra mal dicha de manera intencionada, o en sentido sarcástico.
Pero no siempre son intercambiables, ya que no deberás usar comillas para diálogos en estilo directo, ni para títulos de libros, obras de arte, revistas, etc., ni para extranjerismos. Para estos casos están las rayas en el primer caso, y la cursiva en los dos últimos. Existe una excepción en el estilo directo: cuando el mismo personaje va a continuar hablando tras un punto y aparte. En este caso, se incluiría al inicio una comilla latina de cierre (»).
En resumen, el uso de estos recursos ha de usarse cuando corresponde, para evitar el desorden o alteración del ritmo.