En este ensayo se contempla la religión desde una óptica exclusivamente filosófica. Interesa averiguar la dimensión que late bajo el fenómeno religioso, no vayamos a pensar que la religión surge en la historia por pura ocurrencia; surge por algún motivo. Escudriñar en la realidad en actitud de busca y captura de este motivo es la tarea de espeleólogo a que invito al lector a sumarse. Será, de encontrarlo, la auténtica dimensión religiosa del hombre, el humus de donde procede esta fantástica creación intelectual que es la religión.
No interesa mi biografía. Es simple: no dice absolutamente nada del contenido de este ensayo. Pocas pistas puede dar: que nací en Madrid hace 71 años, que me licencié como ingeniero del ICAI y que saqué plaza por oposición en un oscuro e insulso Cuerpo de funcionarios del Estado. Este libro es el resultado de una vida personal alejada de los focos, deliberadamente anodina, pero que hunde sus raíces en lo mejor de nuestra tradición.
He de confesar que no me pareció lícito llevarme a la tumba el resultado de una vida personal. Ésta es la razón última que alienta en este escrito.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.