Estas poesías las comencé con 35 años de edad, contemplando el Huerto de las Monjas, que inspiró las mismas, pero entonces no las publiqué. Luego después, hice los dos primeros poemas que hablan abiertamente, de Madrid y sus fiestas. Entonces, por aquellos días me cayó un poco de agua en la cabeza de una mujer que estaba fregando el balcón. Más tarde realicé Madrid Histórico. Me presenté a varios concursos de poesías castizas, y últimamente, compuse los poemas de La Gran Vía y El Retiro.
Nací en Madrid el 29 de Abril de 1952. A los tres años de edad, falleció mi padre. Lo cual me ha llevado a una vida de retraimientos. Cuando realice F.P. de segundo grado de Administrativo, obtuve el primer premio de cuento con Historia de un Periquito, y ya no he vuelto a ser premiado ninguna vez. Seguidamente, murió mi padrastro, quien hiciera las veces de padre hasta que cumplí 34 años. Luego fui a la Universidad y me tuve que salir al ser calumniado por mis compañeros. Años más tarde falleció mi madre.
Con lo que mi vida ha dado un cambio de gastar más de la cuenta. Ahora volví a la literatura con menos vergüenza y decidí publicar mis poemas.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.