ODAS A LILITH.
Cuenta la tradición judía que Dios, antes que a Eva, creo a una mujer de la misma forma que al hombre. Adán y Lilith nunca congeniaron, pues cuando él deseaba yacer con ella, Lilith se sentía ofendida por la postura que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Adán trató de que obedeciera y Lilith lo abandonó. Su independencia y su sentido de la libertad hizo que abandonara el Edén por propia iniciativa y se instalara junto al mar Rojo. Esa mujer se llamó Lilith y yo la busco y, aunque la tradición cuenta que era pelirroja, yo la encontré en una belleza de largo pelo negro y ojos oscuros que me inspiro con sus sonrisas estas odas.
CARTAS DE AMOR
En la historia de la literatura las cartas de amor siempre han [Ver más...]
Desde muy pequeño tuvo afición por la lectura y una cierta inquietud artística que le llevo a la escritura como medio debido a su falta de cualidades para cualquier otra de las Bellas Artes, tal como manifestó en una entrevista. Quizás también por una cierta tradición familiar de escritores modestos en su familia. Pronto descubrió la poesía como forma de expresión y, sobre todo, de catarsis sentimental, con una intención más de consumo privado que de conocimiento público. Por ello, se ha abstenido de participar en premios o certámenes. Ha publicado en alguna revista local y periódicamente en la Revista Claustro Poético de Jaén, editando varios libros de poesía de forma digital. En nuestra editorial ha publicado Odas a Lilith y Cartas de amor. Sus influencias son variadas y, en algunos casos, típicas. Lorca, los Machado, Miguel Hernández, Bécquer, algunos de los autores de la Generación de los 50 como Ángel González, Neruda, Cesar Vallejo, Pessoa, Gabriel Celaya y, sobre todo, Cernuda. También se considera influido por autores menos conocidos como Gloria Fuertes, José Martí, Amado Nervo o García Calvo. De la poesía actual se decanta por la nueva sentimentalidad de Javier Egea y en algunos músicos poetas como Moustaki, Aute o el jiennense Sabina. Piensa, no obstante, que, muchas veces, no hay grandes poetas sino grandes versos y, para él, una frase que le transmita una emoción desconocida justifica ya toda una vida dedicada a la poesía por su autor.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.