Después de muchos años sirviéndome de la escritura como mi incansable amiga, asumí la necesidad de tomar lápiz y papel como compañeros leales, que me condujeron hasta aquí. Me arrullaban cuando soplaba el frío en mi alma y me alentaban cuando la pasión me desbordaba. La prosa poética es, en esta ocasión, la que me ha ofrecido, desde la libertad, los recursos que necesitaba para expresarme. Es un estilo que me nace espontáneamente. Doy gracias a los autores que la defendieron como a su vida, ellos le han dado sentido a la mía.
ISBN/13: 9788417205256
Número de páginas: 62
Tamaño: 150X210
Precio: 16.00€
Sandra Santana Gayá, éste es mi nombre. Nací en Palma de Mallorca en el año 1974. Desde niña, siento una admiración especial por todo lo que puede escribirse, por todo lo que puede leerse. En mi etapa adolescente, ya contaba con un par de cuadernillos repletos de emociones narradas, que quedaron abandonados en el fondo de un cajón, como mi corazón.
Después de veinte años biselados con sombras en distintos matices, llegó mi nuevo punto de partida, e intrínsecamente ligado, su momento de transición. Si fundamental fue para mí, alcanzar mi nueva meta, esencial fue todo lo que después me ocurrió. Cuatro años de introspección, de reconocimiento, de valentía y recursos hallados para continuar; pero ante todo de amor, mucho amor.
Hacia los demás y hacia mí misma.
Mi aprendizaje ha sido interesante y enriquecedor, aunque, por qué no reconocerlo, también doloroso.
Durante estos últimos años, he tenido la dicha de compartir con todos los míos lo que me pasaba; con todos los míos y también con él. Conocí a alguien maravilloso, coprotagonista de esta hermosa historia, que me regaló un escenario vital para ambos, la playa, una noche de San Juan. Tres años con la mejor postal.
Con penas y alegrías vividas y habiendo concluido este período de transición, me atrevo a compartir, con quien quiera leerlo, este episodio de mi vida, en el que me afiancé como persona, crecí como mujer y hallé, en un rincón recóndito de un corazón asustado, el verdadero amor.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.
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