En las noches de insomnio, el desamor y una libreta, dan para mucho.
En los días sin luces, mirar desde el corazón y un bolígrafo, enciende tu norte.
En los momentos de magia, solo hace falta regar el jardín, porque ahí siempre es primavera.
Del desamor más rotundo guardado en el más remoto silencio, al amor más absoluto, pasando por la vida y todo lo que ella nos trae. Solo abre la puerta, y bienvenido a mi jardín de mariposas. Sé que te sentirás como en casa.
Yo sólo soy yo, ¡y eso es mucho! Mi nombre es Júlia. Me nacieron en un pueblo con temperamento, carácter y encanto cómo toda tierra tocada por el mediterráneo hace la friolera de 38 años. Empecé a escribir poesía cuando cometía más faltas que palabras, aun así siempre me presentaba a todos los concursos y ganaba, hasta que un año, vi mi primera poesía publicada en un libro como primer premio del concurso del instituto.
Monitora infantil de vocación, deportista, maratoniana, animalista y vegetariana de las que sigue pensando que cambiará el mundo y lo intenta cada día un poquito.
Cuando decidimos expresarnos comunicando nuestro conocimiento, de la mano de la palabra escrita, estamos dando paso a una nueva forma de vida o a una nueva manera interpretar un determinado hecho. Publicar un libro, en cierto modo, nos hace inmortales. Nuestras palabras sobrevivirán a nuestro tiempo en esta tierra. Tu libro, mientras exista, estará ahí para recordarte. Y tú siempre estarás vinculado a él de forma eterna. Porque amas a la literatura y porque la literatura te ama a ti, lo que quieras decir, hazlo saber con un libro.